martes, 29 de octubre de 2013

Juanjo Pardo, actor: "si no hay dinero (subvenciones para hacer una película), jódete, tío (y hazla con los medios que tienes)"

El actor Juanjo Pardo en la rueda de prensa de Capa caída, en Donosti. 
“Si tienes una buena historia y te apetece contarla, cuéntala, y no esperes a qué papá gobierno, o  papá estado, o papá ministerio… te dé el dinero para hacerlo”

“¡Cuántas veces hemos visto auténtica morralla subvencionada!”

Claro y explícito. El actor Juanjo Pardo se despachó con ganas este sábado en la rueda de prensa de la película Capa caída (Santiago Alvarado, 2013), en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donosti (VER VÍDEO), contra ese derrotismo victimista que puede mermar el ánimo del mundo del cine en esta crisis de subvenciones a la baja.
Pardo, popular, entre otros trabajos, por haber sido el presentador del Club Disney durante seis años, arremetió contra la pasividad por la reducción del sistema de subvenciones que ha sostenido la industria cinematográfica española, y cuyos productos con demasiada frecuencia han dejado mucho que desear.
Capa caída
Todo hoy en día parece estar un poco –un mucho, más bien- de capa caída. La misma semana de cine fantástico y de terror, sobre la que su jefe de prensa, Carlos Plaza, comentaba que “los invitados ya no se quedan toda la semana, como antes, sino que vienen únicamente a la presentación de la película y la rueda de prensa”. Otro asistente recuerda que “otros años siempre venían Álex de la Iglesia y Santiago Segura”. 
Un periodista donostiarra me habla de las penurias del Festival de Cine de San Sebastián, el importante, la Zinemaldi, que este año ha cobrado hasta 70 euros a la prensa por acreditarse, y me ponía el caso de un bloguero al que le pedían ese dinero. Obviamente, muchos han desertado.
Tal vez por ello haya surgido una añoranza del superhéroe con poderes especiales. Pero también, con la patina del realismo, de su lado descreído, el superhéroe “jubilado”, que hace tiempo dejó de estar en activo.    
Capa caída es un falso documental sobre Magno, un superhéroe estilo Supermán venido a menos. Una comedia entretenida, con algunas costuras propias del low-cost, como la califica el propio Pardo, y, más que nada, del hecho de ser una opera prima, En cualquier caso, digna y competitiva.
En la rueda de prensa se habló de Superlópez, el cómic de Jan, como referente. Pero también tenía algo de The Watchmen, el cómic de Alan Moore.
Capa caída, cuyo coste es de unos cuarenta mil euros, según su productor, Joaquim Vivas, se rodó gracias al voluntarismo de los que en ella han participado. Se encuentran a  la espera de distribuidor. Pero ya han ganado el premio de Sitges 2013 en la sección de Nuevas versiones emergentes. Y el pasado sábado se presentó en San Sebastián.



La XXIV Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donostia- San Sebastián se celebra del 26 de octubre al 1 de noviembre de 2013. 
 








domingo, 20 de octubre de 2013

Eduardo Villanueva, productor de Caballo Films: "imaginación, tiempo y ganas", el secreto para producir "Stockholm"



 
Entrevista a Eduardo Villanueva, guionista y productor de Stockholm.

                                             
Estuve en el screening de Stockholm hace más de un año, antes del verano de 2012. En una casa de la calle Montera. La misma en que se había rodado buena parte del filme. Le faltaba algo de posproducción. Era una sensación curiosa; estar viendo la película en el mismo salón donde estaba rodada. 

Al término de la proyección los asistentes respondimos a un cuestionario. Algo que entraña cierto riesgo. Ya se sabe lo que le pasó al pobre de Orson Welles cuando estaba en Sudamérica con su tercera película y le cambiaron la segunda, El cuarto mandamiento (The Magnificent Ambersons), por obra y gracia de los espectadores que hicieron la cata inicial. Dio allí comienzo su malograda carrera como cineasta prodigio.

Pero Stockholm se hizo fuerte en la experiencia. Según me comentó Eduardo Villanueva, guionista y productor de Caballo Films, los comentarios fueron bastante coincidentes. Luego alcanzaron el éxito en el festival de cine español de Málaga, donde obtuvo sendos premios a la mejor dirección (Rodrigo Sorogoyen), mejor guión novel (Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen), mejor actriz (Aura Garrido, ex aequo) y el extraño y en apariencia contradictorio premio "Signis", que otorga la Organización Católica para los Medios de Comunicación.

Villanueva encuadra la película dentro del "cine de autor". No en vano responde a la adaptación de sus creadores a las limitaciones impuestas por una crisis galopante y una industria, la cinematográfica española, apoyada en subvenciones cada vez más difíciles de obtener.

Me parece, por ello, muy destacable el conseguir financiar una película por medio del micromecenazgo (crowdfunding), y el cómo el esfuerzo de un grupo de personas pone en marcha el proyecto de largometraje y lo lleva a término.

Eduardo Villanueva, el productor de Stockholm, es uno de los principales responsables de este logro.

Estreno de Stockholm en las salas españolas: 8 de noviembre de 2013.


 

domingo, 13 de octubre de 2013

Exposición "Georges Méliès. La magia del cine" (I): Lumières y sombras



Proyección de "Arrivée d'un train en gare", de los hermanos Lumière.
Exposición "Georges Méliès. La magia del cine". Caixa Forum Madrid.
Música para el vídeo: Requiem for a Dream, de Clint Mansell. La proyección en la exposición es sin música. 

Voy a ver la exposición de Georges Méliès, el ilusionista metido a pionero del cine, al CaixaForum Madrid. Pero, dentro, choco primero con los hermanos Luz (Lumière), otro caso más de biografía que sigue al nombre.

Descubro en una vitrina su maquinita para rebobinar películas de 35 mm. Que parece una rueca como la de La bella durmiente. Del bosque.

En el recodo de una sala (1) se proyectan sus primeras películas, las primeras de la historia del cine. Entre ellas la llegada de un tren a una estación, muy semejante a la famosa Llegada del tren a la estación de La Ciotat, de la que cuentan las crónicas que provocó el pánico entre los espectadores. Pensaron que el tren se les venía encima (2).


Me sitúo en una esquina de la sala para observar la reacción del público, unas veinte personas en las dos sesiones a las que asisto. Y constato empíricamente que, hoy en día, ciento veinte años después, la otrora impactante escena no produce la más mínima reacción de pánico; de pánico ni de nada, a excepción de un comentario sobre los peldaños en los vagones de entonces para que los pasajeros descendieran al andén con seguridad.

Emociones algo más extravertidas provoca la humorística El regador regado, también de los hermanos Luz, secuencia de comedia presente, además, en el cartel de su espectáculo. O la decapitación de María Estuardo, de Thomas Alva Edison y su equipo, que introduce el montaje por corte para no tener que cortarle la cabeza a la actriz. Dramática y pertinente entrada del montaje por corte en la narrativa fílmica. Los yankees ya entonces apuntaban maneras. 

1895. El cine llegaba a la estación de tren de la cultura humana. Luces y sombras para sumergir al sujeto en la experiencia absoluta de la imagen. O en la experiencia de la imagen absoluta.  Así lo han perseguido desde entonces los formatos panorámicos y las pantallas curvas de los años cincuenta y sesenta, las pantallas de treinta metros del cine Imax, o el 3-D, con su extensión tentacular a la experiencia virtual en consolas y videojuegos.

El espectador dentro mismo de la imagen. Incluso más que dentro de la historia. Se trata de hacerlo pasar por ese ojo de aguja que son las luces y las sombras proyectadas sobre la superficie de la pantalla. Y, una vez ahí, mantenerlo inmerso en un universo imaginario, donde reina el espejismo de lo irreal. Una especie de delirio, por tanto. Un universo de experiencia vicaria, placentero incluso cuando se suscita el terror, donde someter al espectador al vaivén de sensación-efecto especial a sensación-efecto especial, en el que se sienta ilusoriamente invulnerable, comodonamente, en su butaca, inmortal, aunque sea como viviendo en un sueño, durmiente, pues, ajeno al bosque de lo real, de aquello que existe más allá, en el lugar donde somos mortales y los trenes de la vida lo atropellan a uno cuando menos se lo espera. Aquello, esto, que provocó el pánico, un instante antes de transformarse en fascinación, de los primeros asistentes a las proyecciones de los Lumière.

Se plantea entonces la cuestión de cuál, qué, sea esa imagen a la que remite la imagen fílmica. y en qué tálamo de omnipotencia nos convoca a yacer. 

             

Louis y Auguste Lumière. Rebobinadora para las películas Lumière de 35 mm., París, 1896.
La Cinématèque Française.

(1) "In a room with a window in a corner I found truth". Shadowplay (Sombras chinescas), de Joy Division.  

(2) Dos aclaraciones: a) la llegada del tren que exhiben en la exposición del CaixaForum no es la de la estación de La Ciotat. Pero es exactamente igual, el mismo encuadre, de la misma época. Sirve, pues, para nuestro propósito exprimental; y b) la leyenda del pavor que provocó parece aceptado que no es cierta. Pero como si lo fuera. No sucedieron así los hechos, y lo significativo es que, para lo que nos interesa, así hubo que inventarlos. Era necesario para decir algo. ¿El qué?


Cartel de L'arroseur arrosé (El regador regado), Hermanos Lumière, 1895.






martes, 1 de octubre de 2013

Gimferrer y Barceló, en el Círculo de Lectores





Miquel Barceló (izda.), Pere Gimferrer y Antonio Lucas (moderador).

Acudo al reclamo de las "bestias", seres mitológicos del imaginario artístico hispánico: el agente provocador, Pere Gimferrer, y el agente perturbador y revulsivo matérico, Miquel Barceló, cuya capilla en la catedral de Palma de Mallorca, obra maestra del arte sacro, que no cristiano, estoy tratando de bataillear.
El Círculo de Lectores ha nombrado a Gimferrer Socio de Honor. Y publica Primera y última poesía, volumen que recoge sus primeras y últimas obras: Arde el mar, La muerte en Beverly Hills, De "Extraña fruta" y otros poemas, Rapsodia y Alma Venus.
El acto lo ha convocado el equipo de prensa estelar del CdL, el de toda la vida hasta hace poco, los artífices y garantes del éxito de comunicación de CdL/ Galaxia Gútenberg, en Madrid, durante tantos años: Lola Ferreira, Isabel Lerma y está también presente Miguel Ángel Delgado.
Gimferrer y Barceló pasan una hora parloteando, repitiendo en parte lo que ya dijeron por la mañana (voy a la sesión de tarde), sobre chismorreos más o menos literarios.
Los dos, como buenos artistas, se parapetan: Gimferrer, tras su sordera y sus gafas, un poco a lo Risto Mejide pero de cristales diáfanos; Barceló, tras su defecto de dicción. Si bien es cierto que este último goza mucho más de salir a los espacios abiertos. Y ninguno de los dos es retraído. 
Hablan, pues, de banalidades, o banalizaciones. Tal vez sea lo que toca. Aunque, personalmente, me decepciona un poco. Quiero decir... tenemos delante a dos artistas excelsos. 
Son amigos de hace tiempo. Y Barceló parece mejor lector que Gimferrer amante o, cuando menos, glosador de arte.
Surgen algunos temas interesantes: "el enigma Velázquez" ("yo creo que no le gustaba pintar", dice Barceló); o el autorretrato, literario (los dietarios de Gimferrer) y pictórico. ¿Pueden considerarse autorretatos -de gestualidad primaria- los cuadros de simios de Barceló?, me pregunto. Supongo que sí; me gustaría conocer la opinión de Gimferrer al respecto. 
Pero cuando acaban de entreabrir la puerta para pasar al salón de la conversación, regresan al vestíbulo para, acto seguido, entreabrir la puerta de una nueva estancia a la que nunca terminan de entrar, y así sucesivamente, un poco a lo "El ángel exterminador" de Buñuel.
De este modo dejan transcurrir la hora, abriendo y cerrando puertas en un ameno no hablar finalmente de nada.
Concluye el encuentro, y los allegados se acercan a saludarlos: Juan Manuel de Prada, a Gimferrer; Vicente Molina Foix, a Barceló.
Barceló le comenta a Gimferrer, ya en catalán, la presencia de dos obras de Guido Reni, pintor admirado por "el enigma" Velázquez, en la exposición del Museo del Prado "La belleza encerrada", dos cuadros pequeños.
Pregunto a Gimferrer qué opinión le merece la capilla de Barceló, que en otro tiempo se llamó de San Pedro. Pero no la ha visitado. Y me deriva a Barceló para que me hable de sus nuevos monocromos blancos, que inaugura en Nueva York.
Borrón blanco y cuenta nueva, viene a decirme Barceló.
Otro disco blanco más, post-Himalaya, de los Beatles.   
 
N.B.: No sé por qué, pero el rostro de Barceló se me hace como que estuviera adquiriendo un cierto parecido al de Antonio López. No estaría mal un encuentro sobre Velázquez entre ambos.  

Fecha: 1 de octubre de 2013.
Lugar: Centro Cultural del Círculo de Lectores (Madrid).



          

 

viernes, 22 de marzo de 2013

Un estanco triunfa en la zona de Sol por pensar en sus clientes




Recientemente he vuelto a fumar. Cosas del estrés. Y ello significa vuelta al peregrinaje intempestivo al estanco. Lo que no siempre es fácil. Pues no todos están abiertos a las horas en que a uno se le acaban las existencias. “I’ll walk a mile for a Camel”, decía el famoso anuncio. Y tal vez no sea yo tan exclusivo como para andar tanto a por una marca concreta. Pero sí a por algo de tabaco. Descubro así en la zona el estanco que abre los domingos a horas poco habituales junto a Jacinto Benavente. Pero hasta ese cierran a horas tardías.

Me topo así, a la vuelta de la esquina del futuro edificio de la Apple, el antiguo Tío Pepe de la Puerta del Sol, un estanco que está abierto a las 7 de la mañana. Y a la 1 de la madrugada. Luego sabré que los fines de semana abren hasta las 3. Está en la Carrera San Jerónimo, 3.  

Hasta ahora, el adicto al tabaco del centro tenía como referente de fin de semana el estanco del Corte Inglés de Preciados, donde siempre había colas. Pero hay que conocerlo, escondido como está en la planta sótano.

Este de San Jerónimo está mucho más a la vista. En plena calle. Sin puerta. Con una pantalla de vídeo. Parece más una tienda de souvenirs de las que abundan en la zona que un estanco. Hay gente a todas horas. Y ofrece una gran variedad de tabacos. Incluidos los puritos con filtro a los que me he dado en esta recaída y que muchos estancos no venden.

Su éxito reside en que todo lo han pensado en función del consumidor: en sus necesidades de horario, en el lugar por el que pasan,… hasta en el turista extranjero que se baja del bus turístico en la parada que hay enfrente del estanco y para el que tienen todo un lineal de tabacos guiris. Todas las decisiones que han tomado las han hecho pensando en sus clientes potenciales.

Así me lo explican los empresarios, José Antonio Fernández Gorín y su hija, Vanessa, que ha participado en todo el proceso de planificación del negocio. “Nada es casual”, dice Vanessa. Han estado todo un año estudiando el lugar desde su “cuartel general” instalado en el café de enfrente del local.

Lo que me sorprende es que en un espacio tan machacado comercialmente como la Puerta del Sol de Madrid, en el mismo centro de la ciudad, alguien se haga de repente con un hueco importante en un mercado tan asentado y tradicional como el de los estancos. Porque de lo que no cabe duda es de que este estanco, que lleva abierto cuatro meses, se ha hecho ya con una gran parte de la clientela de fumadores de la zona, y más que acapararán cuando abran el edificio de la Apple y el centro comercial en el edificio del antiguo Banco de Santander, en Canalejas.

Hasta tal punto los otros estanqueros de la zona vieron lo que se les venía encima que intentaron comprar el local para impedirles que abrieran.

Pero abrieron. Después de haber observado atentamente las necesidades de sus clientes. (Márketing orientado al consumidor para tiempos de crisis) Y han triunfado.

martes, 5 de febrero de 2013

Felipe Barbosa: "La idea ha sido representar el espacio tridimensional, el balón, en dos dimensiones"



Exposición "Campo de las Naciones", de Felipe Barbosa (Brasil).
Galería Blanca Soto.
C/ Almadén,13.

Cuelgan los cueros de las paredes como piezas cinegéticas cobradas no a la sabana -ahora que el mundo y España, con la crisis, son más Serengueti que nunca- sino a la tridimensionalidad. O eso dice su autor, el brasileño de Río de Janeiro Felipe Barbosa: "La idea ha sido representar el balón, casi una definición de espacio tridimensional, en las dos dimensiones". A la manera en que los pintores del Renacimiento, viene luego a decir, trataron de arrebatar con sus obras bidimensionales el prestigio a la escultura.

Balón-mundo ceñido al plano. La operación estética es reducir. Anhelo de sencillez. Y de reducto, con ella, en el que emanciparse. Plasmada en el jogo -bonito- planetario por excelencia. Lúdico, por tanto, ese anhelo. Y con el telón de fondo de la estación de metro madrileña de "Campo de las Naciones", línea rosa, a la que remite no sólo el título homónimo de la exposición, sino también y sobre todo los colores brillantes de los balones inmaculados de empeines y puntapiés (salvo excepción confirmatoria).
Dicho esto, enunciar estas obras como tridimensionalidad bidimensionalizada, ejercicio por lo demás común a la esencia de muchas artes, me suena un tanto a obviedad pretenciosa, producto de la obligación que se impone hoy a los artistas de justificar estetico-filosóficamente sus obras, como si la ausencia de esta justificación, o del discurso que la haga explícita, operara en demérito de la obra. Cuando, desde mi punto de vista, a menudo ello resulta en una desproporción entre argumentación y concreción artística.

"En todas las épocas los artistas han explicado teóricamente sus obras", me apunta, justificadamente, el pintor Manuel Barbero. Puede. Pero hoy me da la impresión de que, si el artista no explica convincentemente su obra, parece que no es suficientemente sólida. Y no expone. O no a accede la financiación que necesita. Cuando el proceso artístico supone muchas veces una suspensión de la racionalidad explicatoria.

Y todo esto para glosar lo tridimensionalmente importante: las relaciones humanas al calor de unas copas de vino, por ejemplo.
Sin olvidarnos de ese balón rugby-futbolero cuya tridimensionalidad modificada -de las tres, a las dos, a las tres dimensiones, de nuevo- es el verdadero punto de llegada de la exposición, y que parece proponer un jogo nuevo.


domingo, 3 de febrero de 2013

Robert Leslie: "The answer lies not in the stars, the answer lies only within you"




For some weeks I've been seeing this musician playing the guitar in calle Huertas. I like the timbre of his voice, his dylanesque style and the songs he plays. Actually, he says that his favourite band is The Beatles, which is mine, too. Though his favourite beatles song is "A Day in the Life", while mine... I wouldn't choose that one. In fact, listening to him, I doubt that's his favourite beatles song. 

Many street musicians play in the Huertas area. From the violinist that used to come every weekend, to those who stay for a couple of days, or the ones who sing flamenco in the middle of the night when pubs close.

Robert Leslie is one of the ones I've liked the most.

This is his website: http://robertleslie.bandcamp.com/ 


Robert Leslie: "La respuesta no está en las estrellas; la respuesta está dentro de ti".
(Reminiscencias del Blowin' in the Wind de Dylan en su medio jocosa respuesta)

Llevo unas semanas viendo tocar a este músico en la calle Huertas. Me gusta su timbre voz, su estilo dylanesco y las canciones que toca. Dice que su grupo favorito son los beatles, que es también el mío. Aunque su canción preferida de los beatles es "A Day in the Life" y la mía... no creo que escogiera esa. De hecho, escuchándole, me cuesta creer que esa sea la preferida suya.

En el barrio de Huertas tocan muchos músicos callejeros. Desde el violinista que venía todos los fines de semana, a los que están un par de días, o los que se ponen a cantar flamenco por la noche, después de que hayan cerrado los bares. 

Robert Lesie es uno de los que más me ha gustado.

miércoles, 30 de enero de 2013

Alberto Arias: "En el Himalaya, echo muchísimo de menos que la gente me salude por los caminos diciendo 'namasté'"


"Los bueyes son lentos, pero la tierra es paciente". Este proverbio chino es una de las máximas que siguen los trekkers Alberto Arias y Víctor Luengo en sus viajes al Himalaya, cordillera que visitan desde finales de los años ochenta, según han contado en su presentación "Evolución del trekking en el Himalaya", en la librería Desnivel, el 30 de enero de 2013.

Es el “método del buey lento”. Alberto Arias, director de la agencia de trekking Mugámara, y guía de montaña durante más de treinta años, contó que es lo que aplica en los grupos que lleva.

Coincido plenamente con ellos. Los senderistas aquejados de mal de altura que he encontrado en el Himalaya han sido víctimas de la celeridad con la que -de la mano de sus agencias correspondientes— pretendían superar en un día diferencias excesivas de altitud.

La primera vez que escuché el proverbio chino fue en boca del entrañable Rafa Henche, en Antena 3 Televisión, antes de partir para China. Me gustó que Víctor Luengo lo relacionará  con otros dos refranes: el italiano “quien va piano, llega lontano” (“chi va piano va sano e va lontano”) y el marroquí “la prisa mata” (más coloquialmente, “prisa mata”).

De décadas pasadas echan de menos cierta mayor afabilidad de los lugareños, cuya vida ha modificado la afluencia del turismo de masas. Alberto Arias lamenta, por ejemplo, que ya no le saluden en los senderos con el tradicional "namasté" de antaño.

Por contra, ahora uno lo tiene más difícil para despeñarse, porque puentes y senderos son más seguros. Además, numerosos proyectos de cooperación contribuyen al bienestar de estas comunidades.

Ante cambios como la masificación de los trekkings o la construcción de carreteras, Víctor Luengo aconseja decantarse por rutas menos frecuentadas. Como la del Solu, la parte sur de la regiónde los sherpas en Nepal, o el monte Kailash, la montaña más sagrada de Asia, en el Tíbet occidental.

martes, 15 de enero de 2013

Manuel Alcade: "Los peluqueros somos también psicólogos"

 
 
 
La peluquería Manolo (calle Echegaray, esquina Infante) se ha convertido, en siete años, en una de las peluquerías de referencia del barrio de las Letras. En parte porque Manuel Alcalde, el peluquero, llevaba ya 25 años en la antigua peluquería de Antonio Moreno en la calle Huertas.
 
Manuel Alcalde empezó en una peluquería de la calle Montera, hacia principios de los años ochenta. Pero pronto le salió trabajo con Antonio Moreno, en la calle Huertas. "Eran otros vecinos. El negocio era el carnicero, que llevaba ahí toda la vida, pasaba al hijo...; el peluquero, el bar de Muñiz, que eran tres hermanos... O sea, muchos negocios que perduraban siempre. Hoy ves un local, un locutorio, vas mañana y es un kebab. Va cambiando todo demasiado deprisa".

Del oficio le gusta que "al igual que el corte de pelo es siempre distinto, depende de la persona, también en el carácter cada persona es un mundo. Una persona es muy graciosa y, a lo mejor, el siguiente es muy serio. Eres un comodín. Vales para todos. Depende de cómo sea la persona, así tú eres en el trato. Los peluqueros, aparte de peluqueros, somos psicólogos".

Cuenta también Manuel el día en que, para su incredulidad, el escritor Fernando Arrabal se vino desde París a Madrid expresamente para que le cortara el pelo.

   

miércoles, 9 de enero de 2013

Abdul Asís Mánika: "Si al despertar estamos vivos, nos buscamos la vida para comer hoy; y mañana será otro día"


 
El blues de Abdul Asís

Asís Mánika es uno de los personajes entrañables de Asilá (o Arsila), ese pueblo de pescadores a media hora de Tánger en la costa Atlántica de Marruecos donde vi por primera vez el rayo verde.
 
Vive donde nació, en una casa junto a una de las puertas de la medina.  Con su mujer, Jadiya, y sus dos hijos, Yusef y Nihal. 

Su padre era pescador. Él ha trabajado desde pequeño para el turismo, como la mayor parte del pueblo.

Por las mañanas, mientras Jadiya se va a trabajar a una fábrica de telas y los niños van al colegio, Asís aguarda a que lo llamen de Luxotour, la agencia con la que habitualmente trabaja como guía turístico. Ahora se lamenta del descenso paulatino de turistas en los últimos años.

Una de sus mayores virtudes como guía es que, a diferencia de otros, después de la visita al pueblo no te arrastra a comprar a una tienda específica. Te deja que vayas a tu aire, a comprar donde quieras.

En casa de Asís lo mismo se encuentra uno a un alto cargo del gobierno marroquí que al último turista en llegar al pueblo. Vive al día, como si cada día fuera el primero. Y el único. Libre, no del todo involuntariamente, de aturullamientos materiales, como antaño también observé en los países del Este, hay gente como Asís que, en su percepción del presente vive rozando en ocasiones lo místico. El mejor elogio que he oído de él lo hace su amigo Fuad: "estar con Asís es estar delante de la verdad desnuda".


martes, 8 de enero de 2013

Boubker Madini: "Ese es el secreto, amar tu trabajo; si amas tu trabajo, vas por la autopista, vas con... insha'Allah (la voluntad de Dios)"


Entrevista con Boubker Madini (en francés)

Gatomaquias se ha desplazado esta vez a otra ciudad muy gatuna, Tánger (Marruecos), para entrevistar a Boubker Madini, uno de los herederos de una perfumería que parece sacada de otra época.

Cuando uno se pierde unas cuantas veces por la medina de Tánger siempre cabe la posibilidad de que se tope con una tiendecita que de inmediato lo transporta a uno a otro tiempo, o a alguna escena de la película "El perfume": la perfumería Madini.  
Está en un estrecho callejón, la rue Sebou, 14. Para llegar a ella lo mejor es, desde la plaza 9 de abril, coger la calle que entra en la medina a la derecha del arco de entrada tradicional, bajar por ella hasta pasar la Misión Católica de España, y luego torcer a la izquierda para ir a la calle Naciria, seguir esta hasta el final y allí entrar en el callejón Sebou. 
La tienda principal la tienen en la plaza del Mirador, fuera de la medina pero muy cerca de ella. 
Sin embargo, el Madini intramuros merece la pena visitarlo. Y disfrutar del aroma de sus perfumes. Los que más gustan, según Boubker, son el de azahar y el de almizcle.  

Los  antepasados de Boubker, los que abrieron la perfumería en Tánger, eran de Medina, que en árabe se pronuncia "madina". Los tangerinos los llamaban "madini" ("medinés"), y de ahí el nombre de la perfumería.

Según indica Boubker, el establecimiento cumplió el año pasado su centenario.
 
Página web de la perfumería Madini