Contingent (fragmento). Rivane Neuenschwander, 2008.
Caixa Fórum, Madrid
Comisaria: Helena Tatay
Es esta una exposición en dos tiempos: una afirmación palmaria, la cartografía; y un reguero de salas y obras dedicadas a contradecirla, las cartografías contemporáneas.
Primer tiempo, t=1. En el mismo frontispicio-atrio de la exposición. Dice la comisaria, Helena Tatay, con cartográficas palabras: "El lenguaje de la cartografía traduce la realidad del mundo; pero, como todo lenguaje, impone sus reglas y establece limites. La representación transforma el caos del mundo en su contrario, en un espacio lógico."
Primer tiempo, t=1. En el mismo frontispicio-atrio de la exposición. Dice la comisaria, Helena Tatay, con cartográficas palabras: "El lenguaje de la cartografía traduce la realidad del mundo; pero, como todo lenguaje, impone sus reglas y establece limites. La representación transforma el caos del mundo en su contrario, en un espacio lógico."
Segundo tiempo, o t=2, o t que tiende a t=0. Variantes límites y disolutivas de la enunciación cartográfica. Sigue Tatay: "Desde principios del siglo XX, muchos artistas han jugado con el lenguaje cartográfico (...), con su sintaxis y su gramática (...), provocando un aparente sinsentido de su lógica (...)."
Así, en este segundo y prolongado movimiento —que dura toda la exposición (con excepciones: precisamente las menos contemporáneas de las obras, principios de mapa de pueblos españoles, o trayectos neuronales de Santiago Ramón y Cajal)— las cartografías contemporáneas transgreden sus propios preceptos fundacionales y representan un mundo descartografiado y, en este sentido, caotizoide, en viaje de vuelta a tiempo 0.
Habrá quien aduzca que esa contemporaneidad descartografiante no es sino un ordenamiento de otro modo, conforme a otras reglas. Mas —creo evidente, y no "aparente"— que esas otras contemporáneas reglas serían, precisamente, el alejarse de diversas maneras de las reglas del lenguaje cartográfico.
Asistimos así a espacios representados vacíos, mentales, abstractos, sonoros, psicóticos, “serpentinos”, etc...: navajazos al mapa (Artur Barrio, 1975), pechos y penes huella de lo real (Yves Klain, 1969, y David Hammons, 1975), globos terráqueos hendidos de horror vacui (Kris Martin, 2006), muestrario de telas-nación dominante azul (Ignasi Aballí, 2011),... y así hasta llegar al alucinatorio Journey to the Moon (William Kentridge, 2003), viaje delirado a una mujer existente-inexistente, un fantasma, que no es sino una luna cuyos selenitas evocan a las moscas del vídeo Contingent (Rivane Neuenschwander, 2008), que parecen decir: “nos gustan las manchas-archipiélago de mierda”.
Trayecto, pues, —contemporáneo— de descomposición en el lenguaje de la cartografía algo así como el que en literatura explora el desarticulamiento de los significantes del poema Altazor, de Vicente Huidobro.
Una exploración fascinante y fascinada. ¿Del pensamiento? No más que la cartografía que niega.
“Cartografías contemporáneas” levanta acta de la deconstrucción vanguardia y postvanguardia de un lenguaje, la cartografía, útil para manejarse en el caos de lo real.
Por eso cuando ahora los crisantemos terminen de penetrar los poros de lo cotidiano hasta hacer crecer zombis en la urdimbre misma de nuestras almohadas, será cuando haya que reconstruir esa cartografía soslayada —cuando no negada— no contemporánea, de primer tiempo, que nos permita recorrer un trayecto que conduzca a buen destino, posiblemente a un tiempo 2 más allá de t=1.
Quiero decir: asumidas las cartografías contemporáneas, disfrutadas sus manifestaciones paulatinamente extemporáneas, tórnase la hora de iniciar el periplo del recartografiado que, con aspecto de Frankensteins desmigajados, habremos de mendigar a nuestra propia impostura, a vida o muerte, cueste lo que cueste, en el filo de una mosquización contingente definitiva.
Lamento interrumpir el chocolate-performance.
Journey to the Moon (fragmento). William Kentridge, 2003.
Entrevista a Helena Tatay, comisaria
de la exposición
— ¿Cómo y por qué comenzó a
interesarse por la cartografía?
— Hay ahora muchísimos artistas
utilizando mapas. Hay tantos —imposible incluir ni un porcentaje pequeño— que pusimos información en internet (helenatatay.net) y en los ordenadores de la exposición, en el centro de
documentación. También hay links a temas relacionados y bibliografía. La idea de la exposición salio al observar la gran
cantidad de artistas que utilizaban el mapa, además de mi propia fascinación con el tema.
— ¿Qué
principio o
principios esenciales debe cumplir una representación para ser
considerada cartografía y no otro tipo de representación? ¿Cuál es el
límite? Por ejemplo, ¿Por qué “Journey to the Moon” ("Viaje a la luna") es considerada
una cartografía?
— Una cartografía es la
representación de un territorio. Ese territorio,
en esta exposición, puede ser físico, mental, emocional, etc. Al final de
la exposición, al lado de los créditos, hay un mapa de la exposición en
la pared que muestra los distintos territorios sobre los que se estructura la
muestra.
La película de Kentridge “Viaje a la luna”, inspirada en la película de Méliès, es una cartografía del trabajo del artista en su estudio, de la creación artística. Es también una reflexión sobre la naturaleza de la imaginación humana, del deseo, del dibujo como pensamiento y un homenaje a Mélièrs. La película no explica la experiencia de forma lógica. Esta en el apartado de las cartografías de lo intangible y de lo imaginado, junto a la cartografía del inconsciente que Jung hizo en el libro rojo o los mapas vibracionales de Emma Kuntz, etc.
— ¿Qué tendencias observa en la cartografía artística actual?
La película de Kentridge “Viaje a la luna”, inspirada en la película de Méliès, es una cartografía del trabajo del artista en su estudio, de la creación artística. Es también una reflexión sobre la naturaleza de la imaginación humana, del deseo, del dibujo como pensamiento y un homenaje a Mélièrs. La película no explica la experiencia de forma lógica. Esta en el apartado de las cartografías de lo intangible y de lo imaginado, junto a la cartografía del inconsciente que Jung hizo en el libro rojo o los mapas vibracionales de Emma Kuntz, etc.
— ¿Qué tendencias observa en la cartografía artística actual?
No solo desde principios del siglo
XX, el siglo de la crítica, se cuestionan los lenguajes y herramientas que utilizamos para
analizar el mundo, (Frege, Russell, Wittgenstein y
tambien Lewis
Carroll) sino que las nociones tiempo y espacio cambian radicalmente
con la comunicación inmaterial, telégrafo, teléfono e internet.
Nosotros somos conscientes de que
vivimos en una red de flujos y relaciones, materiales e inmateriales, pero no
tenemos un modelo para esa articulación invisible y en red. No tenemos un
modelo como lo tuvimos durante la edad moderna con la ciencia y sus modelos.
Los artistas, subvierten o
cuestionan los modelos de representación que usamos pero también
proponen nuevas hipótesis, nuevas formas de representar y la exposición
se hace eco de esas formas.
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